LA SERPIENTE EN EL PARAÍSO
El Museo Etnográfico de Terque participa en el Especial de Navidad de la Voz de Almería con un artículo de su director Alejandro Buendía.
“Anguilas de mazapán enroscadas en espiral y flanqueadas por frutas en almíbar tientan al goloso con insistencia diabólica como la Serpiente en el Paraíso.”
En los días de Navidad, las tiendas de Almería ofrecían los más exquisitos manjares de comer y beber, traídos de todos los rincones de España. Niños y grandes se embobaban antes los escaparates de confiterías y tiendas.
Uno de los dulces más demandados era los mazapanes. Y dentro de ellos las Anguilas de mazapán. Este dulce antiguo que se fabricaba especialmente en Toledo …
El mazapán se elaboraba bajo diferentes formas, tamaños y presentaciones. Destacaba la elaboración de formas zoomorfas. En 1818 el Diario de Madrid anunciaba “cajas con peces, lenguados y anguilas de mazapán de Toledo guarnecidos de dulces gallos, patos y otras figuras del mismo mazapán. Dentro de ellas la más popular fue la anguila o serpiente. También se trabajaban otras figuras como los jamones, escudos…
Frente a figuras de gran tamaño que ocupaban casi toda la caja, también se trabajaban figuras en pequeños tamaño, las llamadas “figurillas de mazapán.”
Las grandes figuras como las anguilas, se comercializaban dentro de cajas de madera, “ la consabida culebra de mazapán que gime en su cárcel de madera, enroscada y engalanada con todos sus atavíos que la cargazón tolera espera ser devorada por alguna familia numerosa.”
En el siglo XX se introdujeron las cajas en cartón y con distintas formas. Aunque la anguila por su forma enroscada solía ser en caja circular.
La tentación era grande, para los vecinos de Almería, la Crónica Meridional, recoge en 1889 este texto: “ Parados frente a un escaparate de una confitería se exibe una gran culebra de mazapán había ayer dos gitanos con la boca abierta admirados. De pronto, exclamó uno de ellos. ¡Chavo, que buena culebra. ¡Hijico que bien nos vendría si se nos enroscara en el cuello.”
En 1924, el fotógrafo Victoriano Lucas, nos dejo un delicioso artículo donde la consabida Anguila de mazapán era la protagonista.
En enero, 1924, el fotógrafo más importante de Almería, Victoriano Lucas, en un artículo publicado en la Crónica Meridional, coloca como gran protagonista a una anguila de mazapán. El texto comparaba las pobres Navidades de la Almería en su niñez, con la alegría consumista que se vivía en aquel año, lo que achacaba de una manera directa al dinero que entraba a través del comercio internacional de Uva del Barco.
En las navidades de su infancia, un año, colocaron en el escaparate de una confitería de la calle las Tiendas, una gran anguila de mazapán. Delante de la vidriera se formó un continuo tumulto. “Parece un lagarto dormido, decían, no hombre es que parece, aseguraba el más espabilao. Es dulce, ¿no lo ves? Eso se come y he oído decir que esta muy bueno.
¡Tres años seguidos de Pascua, estuvimos viendo la misma anguila de mazapán de Toledo en las vidrieras! El último año que la ví, había cambiado de color, estaba gris perla. Las moscas convencidas de que nadie gastaría 80 reales que valía habían decidido comérsela.”
¡Y es que las pobres gentes de entonces, cuando no había uvas, estábamos a régimen perpetuo de gurullos. Estas pasadas Pascuas, cuando veía las lujosas confiterías repletas de anguilas de mazapán con tanta y esquisita variedad de golosinas todas caras, la multitud de turrones de Jijona repletas de gente alegre y confiada, pensaba yo en las uvas, en las moscas y en los 30 millones de pesetas que entran este año y sibn querer corria a mi mente el recuerdo triste de la anguila gris de la calle las Tiendas.”
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