Reproducimos un artículo de Arturo Posada, publicado el día diecinueve de septiembre de 2015 en el periódico El Norte de Castilla, en el que describe los escritos sobre un muro del estadio Zorrilla.
«Vivimos en los años de Facebook, Instagram y Twitter, un tiempo en el que los deportistas profesionales se zambullen con profusión en las redes para recibir sin intermediarios las interacciones de sus seguidores. Atravesamos la era de la interconexión, con infinidad de aplicaciones para comunicarse y recibir respuestas inmediatas. Y, sin embargo, todo caduca muy rápido en el ciberespacio: los mensajes se olvidan con celeridad, superados por la oleada de nuevas notificaciones.
El estadio José Zorrilla cuenta con un muro donde los aficionados más entusiastas ‘cuelgan’ mensajes duraderos para los futbolistas desde hace más de una década. Y no, no hablamos de Facebook. Se trata de una pared con textos manuscritos, trazados con rotulador, que recogen sucintamente un historial de admiraciones que muchas veces derivan en decepción por los ídolos caídos. Son textos que resisten el paso del tiempo y que permiten repasar parte del pasado reciente. Podríamos bautizar esta franja morada, situada en el túnel junto a la puerta de acceso a la zona mixta de Zorrilla, como el Muro de las Exaltaciones.
Los mensajes del tabique son abigarrados y cambiantes. A día de hoy, en la zona alta aparece un exabrupto. Sin embargo, las faltas de respeto resultan una excepción en un muro que sirve más como homenaje que como desahogo. «Lalo 5 capitán», reza uno de los textos añadidos en los últimos meses, un homenaje que trasciende el fútbol. «Álvaro Rubio, eterno 18», ha escrito el puño de otro aficionado (o aficionada). «Óscar, el puto amo», delinea un tercero.
Kepa Arrizabalaba ya tiene un hueco en este espacio de escritos populares («Kepa, porterazo») y el nombre del nuevo entrenador también aparece («Garitano Pucela»).
Hubo jugadores que dijeron adiós en diferentes épocas, pero su recuerdo permanece indeleble en la pared morada. «Sisi, quédate, te queremos». «Manucho forever». «Javi Guerra, ¡fenómeno! Quédate». «Balenziaga». «Aduriz». «Marcos mola». «Haris, eres el mejor». «Jaime, titular». «Juanito, eres el muro del Pucela, eterno 5». «Borja, eres el mejor». «Fabri, eres un amo debajo de los palos». Los escribientes tienen también un detalle con Pablo Grande, doctor del primer equipo durante diez años hasta su marcha en 2014 por el recorte en la parcela médica.
Algunos futbolistas despertaron entusiasmo, pero luego acabaron repudiados. De «Ebert, el mejor», se pasa a un «vendido», acompañado de un epíteto insultante. El alemán, ahora en el Rayo, dio la espantada en febrero de 2014, aunque luego el Real Valladolid llegó a un acuerdo con el Spartak de Moscú para cobrar 1,4 millones de indemnización por su salida unilateral. El mensaje «Jeffren, el mejor» también aparece con un tachón que rezuma desencanto.
En el Muro de las Exaltaciones no podía faltar un recordatorio a José Luis Mendilibar («Mendi siempre), el técnico que logró el meteórico ascenso en 2007. Aparece también el nombre de José Luis Saso, auténtica leyenda como portero, entrenador, secretario técnico, presidente…, todo un detalle hacia una figura emblemática del Real Valladolid que falleció en 2006.
Al estadio José Zorrilla le faltan imágenes, bustos y estatuas que recuerden su pasado más brillante. En este vacío histórico, el muro del túnel sirve como un improvisado y modesto homenaje de la hinchada.»
Enlace: http://realvalladolid.elnortedecastilla.es/noticias/201509/19/muro-exaltaciones-20150916222736.html